miércoles, 25 de abril de 2012

Diario De Hitler

                     29 de abril de 1945
Todo se acaba, todo llega a su fin. El III Reich se desploma ante mis ojos y con las SS totalmente desintegrada, la guerra parece perdida. Ni siquiera aunque hubiera encontrado el Santo Grial las cosas habrían salido mejor. Todos me han defraudado, Alemania me ha defraudado. Así me siento horas antes de contraer matrimonio con Eva Braun, que ahora mismo, es lo único por lo que sigo con vida. Después del matrimonio, nos quitaremos la vida. He probado un veneno con mi perra Blondi y parece que es efectivo. Nos encontramos refugiados en el Búnker, ya que La Guarida Del Lobo quedó arrasada por la bomba que colocó Stauffenberg para intentar matarme, y a pesar de estar aquí, tampoco me siento a salvo, porque los comunistas están a la vuelta de la esquina, pero no me encontrarán aquí para recibirlos. Para entonces ya habré muerto y mis cenizas habrán sido esparcidas para no dejar rastro. La República Social Italiana ha fracasado y según tengo entendido, ayer, 28 de abril, Mussolini fue fusilado, y no pienso correr su misma suerte. He oído hablar de la ODESSA, al parecer es una organización secreta que se está poniendo en marcha para ayudar a escapar a los miembros nazis. Yo no pienso huir, moriré en Berlín, moriré por Alemania.
Mi nombre será recordado por y para siempre, He sido Canciller de Alemania, líder de un Imperio, el Tercer Reich, y si de algo me enorgullezco es de haber convertido esta nación en la más grande de Europa, y de defender los intereses de mi nación, la raza aria, hasta el último suspiro, sin dudar, sin retroceder, sin ceder nunca ante el enemigo. Así moriré y así se me recordará.
Pero todo tiene un principio, un momento en el que mi vida dio un giro de 180 grados. Para mí, ese momento fue el comienzo de la Gran Guerra, no lo dudé y me presenté como voluntario. Cuando la guerra terminó, se instauró la República de Weimar, y se compuso el Reichstag, se me hundió el mundo ante los pies. La derrota fue por culpa de los judíos y los marxistas, ellos son los verdaderos culpables, traicionaron a su propia Alemania, influenciados por la Komintern. En añadido a todo esto estaba el Tratado de Versalles, donde nos culparon de los desastres de la guerra, los cuales tuvimos que reparar. Fue lo más humillante que nos haya podido pasar, una humillación que me tomé como personal y me juré que algún día vengaría a Alemania.
Poco a poco me fui adentrando en la política y haciéndome con el poder del Partido Obrero Alemán que pasó a llamarse partido nazi o nacionalsocialista. En 1921 ya era líder del partido y más tarde conocí a gente como Rudolf Hess y Hermann Göring, los cuales me relacionaron con grupos sociales más altos que me permitieron seguir avanzando en mi hasta ahora exitosa carrera política.
En 1923 se produjo el Putsch de Múnich, en el que intenté un golpe de Estado que fracasó, y por el que pasé nueve meses en prisión. Durante mi estancia entre rejas, pude ordenar todas las ideas que tenía en mente que recopilé en una obra que titulé ´ Mein Kampf ´.
Después de muchos años de esfuerzo, en 1933, fui nombrado Canciller de Alemania por el presidente Hindenburg. En las elecciones de 1933, el partido nazi no obtuvo la mayoría absoluta pero después de obtener la ley habilitante conseguí acabar con el gobierno parlamentario y así poder controlar todos los poderes, instaurando una dictadura.


Una vez hecho esto me dispuse a coordinar la sociedad y nombré ministro de propaganda a Joseph Goebbels. En poco tiempo, logré afianzarme en el poder, ocupando los cargos de canciller y presidente de la República a la repentina muerte de Hindenburg, nombrándome a mí mismo Führer. Eliminé a los oponentes de mi propio partido y a colaboradores de dudosa fidelidad durante la llamada «Noche de los cuchillos largos», donde mandé a eliminar a diversos grupos raciales, políticos, sociales y religiosos que consideraba enemigos de Alemania y razas impuras, lo que me llevó a reasignar las directrices a los campos de concentración para la liquidación sistemática de comunistas, judíos, gitanos, enfermos mentales y homosexuales.
También empecé a ejercer las Leyes de Núremberg, mencionadas en mi obra  ´ Mein Kampf ´.
En 1936, se celebraron las Olimpiadas de Berlín, organizadas por Rudolf  Hess. Me parecía una buena forma de demostrar la superioridad de la raza aria sobre todas las demás, y la verdad que me quedé muy satisfecho, ya que Alemania fue la que más medallas recibió.
Ese mismo año, comenzó la guerra civil española cuando el ejército, dirigido por el General Francisco Franco, se sublevó contra el gobierno de la República. Franco me pidió una petición de ayuda, así que envié tropas a España, la cual me sirvió como banco de pruebas para mis nuevas armas de guerra, incluyendo el bombardeo de ciudades, el zeppelín
El 12 de marzo de 1938 conseguí el Anschlus de Austria a Alemania, es decir, su anexión. Era mi primer gran paso en mi lucha por convertirme en el amo del mundo y no podía parar.
En la Conferencia de Múnich me reuní con Mussolini, Édouard Daladier y Chamberlain, y no dudaron en aprobar la incorporación de los Sudetes a mi gran Alemania. En principio se trataba sólo de los Sudetes pero no tardé mucho en hacerme con el resto de Checoslovaquia. Poco a poco me iba haciendo con Europa y nadie me podía parar. El único que me vio venir desde lejos fue Churchill, el Primer Lord del Almirantazgo y Primer Ministro del Reino Unido, pero todos sus esfuerzos fueron en balde.
En la noche de los cristales rotos di la orden de limpiar las calles de judíos, de gitanos, de todos aquellos que no son arios para así poder purificar a mi Alemania. Millones de judíos fueron asesinados bajo mi supervisión, maltratados y llevados a los campos de concentración. Sé que es duro, pero esto formaba parte del cambio.
En 1940 sigo ganando territorios, pero lo que más me agradó, fue la conquista de París. Tras mi clamorosa victoria, Francia firma un armisticio y acaba la guerra. La porción no ocupada por nosotros fue controlada por un gobierno colaboracionista conocido como la Francia de Vichy, cuyo Primer Ministro fue el Mariscal Philippe Pétain.
Charles de Gaulle inmediatamente se declaró en contra del gobierno de Vichy, y proclamó la Francia Libre así como llamó a la Resistencia francesa, varias colonias francesas se unieron a la Francia Libre, si bien la mayoría se quedaron con Vichy.
Los británicos no confiaban en Darlan, que se había vuelto una figura importante en el gobierno de Vichy, por lo que atacaron a la flota francesa estacionada en Mers el-Kebir, lo que generó roces entre los aliados ingleses y franceses.
Hasta ahora todo me había salido a pedir de boca, el río seguía su curso, las cosas me estaban yendo bien y ya me sentía amo de Europa, pero cometí un error. En la Batalla de Inglaterra las cosas no fueron bien, mi Luftwaffe no pudo competir con la Real Fuerza Aérea británica y perdimos fuerza. Aún así decidí atacar la Unión Soviética, rompiendo un pacto que había firmado en 1939 con Stalin.
El Afrika Korps, dirigido por Rommel, fue derrotado por las tropas británicas, pues pese a la inferioridad de condiciones, di la equívoca orden de luchar hasta morir.
Mientras, los soviéticos, resistían bastante bien nuestros ataques en Leningrado, que años después conseguirían arrebatármela.
La situación era ya desesperante, los soviéticos empezaban a avanzar y mis tropas a retroceder, había perdido la Batalla de Inglaterra y los británicos nos ganaban territorios en África.
En Septiembre de 1941 puse en práctica la ´solución final´, que consistió en aniquilar totalmente a la población judía. Para ello conté con la ayuda de Himmler. Incluso llegué a un acuerdo con el Papa Pío XII para que no interviniera ante  la ejecución de estos crímenes. La mayoría murieron en las cámaras de gas de los campos de exterminio que tenía desperdigados por Alemania, como por ejemplo Auschwitz o Treblinka.
En diciembre de 1941 Hirohito dio la orden de iniciar el ataque japonés sobre la base estadounidense de Pearl Harbor, lo que supuso que Roosevelt le declarara la guerra a Japón y Alemania a Estados Unidos.
También perdimos en la batalla de Stalingrado, y a partir de ahí tuvimos que retroceder rápidamente porque los soviéticos se nos echaban encima. De nada me sirvieron los cohetes V2 que mandé a construir, de nada.
El 6 de junio de 1944, los ejércitos occidentales aliados llevaron a cabo el desembarco de Normandía, al norte de Francia y avanzaban directos a Alemania, liberando a Francia.
La derrota ya está cerca, y ya en 1945 se celebra la Conferencia de Yalta y días después los británicos y estadounidenses bombardean la ciudad de Dresde (Bombardeo de Dresde).
Semanas más tarde, los soviéticos se encuentran en la misma Berlín, en mi Berlín. Y aquí estoy, escribiendo este diario mientras los bombardeos occidentales sacuden las paredes del búnker, dispuesto a morir por mi país. Todo el imperio, que con sudor y sangre había conseguido levantar, se ha venido abajo en un abrir y cerrar de ojos. Mi hora ha llegado, moriré con la cabeza bien alta, en honor y en reconocimiento a la esvástica que con orgullo llevo en mi corazón.
Adolf Hitler.

domingo, 26 de febrero de 2012

John Reed Entrevista A Lenin

John Reed: Comenzamos pues con la entrevista. Bienvenido señor Lenin, estoy encantado de poder tenerle aquí presente a pesar de su reciente llegada del exilio.
Lenin: El placer es mío John, no podía desperdiciar la oportunidad de mostrarle a Rusia, con la publicación a los medios de esta entrevista, el plan con el que pretendo quitar a Kerensky del poder.
John Reed: De acuerdo, pero antes, háblenos de la situación en su país y cuál es su inquietud y sus raíces.
Lenin: Nuestro país atraviesa una grave crisis económicas a causa de La Gran Guerra (Primera Guerra Mundial), la cual no se está  produciendo como esperábamos, estamos perdiendo muchos frentes de batalla y no vale la pena seguir luchando para nada. ¡Tenemos que salir de la guerra sea como sea!
John Reed: ¿Podría explicarnos esto más detalladamente?
Lenin: La dinastía Romanov siempre ha estado gobernada. Nicolás II era el que gobernaba. En 1905 este señor solo nos condujo a la guerra Ruso-Japonesa, debido a sus inútiles ambiciones en extender sus territorios al Este. Esta derrota fue un duro golpe para Rusia. Se produjo una revolución, la llamada revolución de 1905, con la que se consiguió la instauración de la Duma acabando con el absolutismo y quitándole algo de poder a Nicolás II, que por cierto, es primo de Guillermo II, el Káiser de Alemania , que me ayudó a  salir de mi destierro en Siberia. También se produjo la revolución de los marineros del Acorazado Potemkin.
John Reed: ¿Qué ocurrió entonces?
Lenin: Estalló la Gran Guerra, lo que nos pilló un poco a traspié, porque se estaba produciendo la Segunda Revolución Industrial y la liberación de los siervos estaba siendo muy tardía. Rusia estaba interesada en los Balcanes, al igual que Austria-Hungría, y esto generó más conflicto. Rusia formaba la Triple Entente junto con Francia y Gran Bretaña. Además de esto, la Iglesia ortodoxa cobraba importancia, pero también Bakunin, el líder de los anarquistas.
John Reed: Comprendo, y todo esto acontecido en Rusia dio lugar a la revolución de febrero de 1917, ¿No es cierto?
Lenin: Cierto, los Mencheviques, liderados por Kerensky, apartaron del poder a Nicolás II y a el monje Rasputín, este  último no es que tuviera poder oficial, pero si tenía gran influencia en las decisiones que tomaba el zar. También los burgueses cayeron del poder.
John Reed: ¿Y qué es lo que pretende ahora que ha vuelto del exilio y se reincorpora como líder bolchevique?
Lenin: Me considero un fiel seguidor de Marx y lo que pretendo es difundir las “Tesis de abril” que publique en dicho mes, para llevar a cabo mi plan y exponerlo y explicarlo en los sóviets.
John Reed: ¿En qué consisten esas “Tesis de abril”?
Lenin: Pues consisten básicamente en la toma del Palacio de Invierno de San Petersburgo, cerca de Moscú. Todo ello tiene como fin instaurar una dictadura del proletariado al expulsar a Kerensky y sobre todo abandonar la guerra.
John Reed: Todo este plan parece arriesgado, ¿Cómo pretende abandonar la guerra sin provocar aún más conflictos?
Lenin: Firmando el tratado de paz de Brest-Litovsk, que mi compañero Trotsky negociará con Alemania.
John Reed: Una última pregunta para concluir señor Lenin: ¿Quién le gustaría que fuera su sustituto en los momentos en que no esté usted presente?
Lenin: Me gustaría que fuera Stalin.
John Reed: pues esto es todo señor Lenin, muchas gracias por su atención y le deseo toda la suerte del mundo para que lleve a cabo su propósito. Adiós
Lenin: Adiós.